La más reciente, el miércoles de la semana pasada, fue la de los de la Escuela Primaria N°18 del Paraje Colonia Nueva. Pero la de recibir visitas de grupos de estudiantes y docentes de la zona es una práctica frecuente en la planta de Textiles Pigüé. La novedad es que el hacer de la empresa recuperada bonaerense se valore al punto de sumarlo a las aulas como contenido pedagógico a través del calendario de efemérides escolares, tal como lo solicitara a las autoridades educativas provinciales el Concejo Deliberante.
“Sugiérase a la Inspectora Jefe Distrital de Educación del Distrito de Saavedra conmemorar, en los niveles educativos pertinentes, el día 12 de agosto como el Día de la Cooperativa de Trabajo Textiles Pigüé (CTTP)”, se expresa en la iniciativa que el cuerpo legislativo refrendó por unanimidad en su sesión del 13 de junio pasado.
La Resolución también solicita que el 12 de agosto “sea un día de reflexión para la comunidad educativa, bajo la figura de acto evocativo y/o actividad curricular, acerca del proceso de conformación” y el “impacto en nuestra comunidad” de la Cooperativa.
“Estamos muy agradecidos y emocionados”, resaltó el Director de la CTTP, Francisco Martínez, al celebrar la aprobación del proyecto. Transitar “en paz con la comunidad” el proceso de recuperación de la fábrica que perteneciera a Gatic -recordó luego-, fue “una búsqueda que iniciamos inmediatamente”, pero al principio generó en buena parte de la dirigencia política “disidencias que tuvieron que ver más con el desconocimiento que con una mala práctica”.
Que con el paso del tiempo aquellos resquemores se hayan disipado y transformado en unánime respaldo “es un mojón para nosotros”, remarcó Martínez en la sesión del último 13 de junio, en la que también se declaró de “interés legislativo y comunitario” el 20º aniversario de la empresa recuperada pigüense, que hoy sostiene 170 puestos de trabajo directos pese a la brusca caída de la industria textil registrada en los últimos meses.
“Seguiremos caminando; y si hay que tragar amargo, se traga amargo. Pero siempre vamos a escupir dulce; y escupir dulce significa convidar a nuestra comunidad, a nuestros vecinos, a nuestros trabajadores y trabajadoras, a un grado de organización, principalmente para las personas que lamentablemente se encuentran desocupadas. Vamos a estar siempre intentando generar más riquezas para que se puedan distribuir equitativamente en nuestra comunidad”, añadió el Director de la CTTP, en el marco de una jornada en la que además hubo reconocimientos del Concejo a otras entidades locales.
Ahora, el paso a dar es que lo de la efeméride se formalice e instrumente a través de las autoridades educativas de la provincia de Buenos Aires, con las que desde el organismo legislativo del Distrito ya está abierto el diálogo.
Esta de trabajar en conjunto con los distintos actores involucrados es la actitud que adoptaron desde el principio las concejalas y concejales que promovieron el proyecto. De hecho, la del día para la conmemoración en las escuelas fue una decisión que surgió al cabo de la reunión que mantuvieran con dirigentes de la CTTP hace un par de meses.
Es que, en rigor, la cooperativa se fundó un 20 de febrero. Pero como esa fecha forma parte del período de vacaciones, se escogió la del 12 de agosto, otra jornada emblemática de aquel año 2004 en que comenzaba la historia: ese día, las trabajadoras y trabajadores de la planta ubicada a la vera de la ruta nacional 33 sufrieron un violento desalojo que significó una prueba de fuego rápidamente superada unos meses después, cuando volvieron a ingresar a la fábrica que habían ocupado para garantizar el proyecto de reactivación que impulsaban.
Desde entonces, aquel proyecto se desarrolló al punto de transformarse en una realidad digna de ser tenida en cuenta en los ámbitos educativos, cuyo interés se viene expresando hace varios años en las periódicas visitas a la fábrica. “La última fue muy linda porque fue de toda la escuela, vinieron los 32 alumnos y alumnas de primero a sexto grado de una escuela rural a la que van chicos de Pigüé, Puan y del campo, que estaban estudiando la producción artesanal y la producción industrial de vestimenta”, cuenta Leonor Litre, habitual coordinadora de la recepción a los grupos de estudiantes y docentes.
“Cuando vienen los más chiquitos es todo un desafío, porque es difícil abordar algunos conceptos de manera simple y entendible para ellos”, señala la Secretaria del Consejo de Administración de la CTTP, al tiempo que indica que la mayoría de las visitas son de escuelas secundarias: “Vienen de toda la región, casi todas las de Pigüé, de Tornquist; de Bahía Blanca también han venido grupos del ciclo básico común universitario”. En estos casos -añade-, las y los estudiantes llegan “ya con bastante contenido abordado sobre empresas recuperadas, cooperativas, opciones asociativas de trabajo, cuestiones de gestión organizativa”, por lo que el contenido de las charlas y videos “disparadores” con que comienza cada visita se adapta a cada situación. Lo mismo sucede con las explicaciones de encargados o referentes de cada sección durante la posterior recorrida por la planta, en la que se puede observar los procesos industriales y de confección textiles y también otras actividades, como la huerta orgánica en plena producción y crecimiento, o las obras de refacción para el futuro -próximo- Espacio de Cuidado de las infancias.
Se trata de ejemplos de hechos y proyectos, como el de construcción de viviendas en el terreno propio de diez hectáreas ubicado a unas cuadras de la fábrica -tal vez el más “mimado” por estos días-, que dan cuenta de una impronta y un sentido: rodear y potenciar el desarrollo productivo y económico con la recuperación y promoción de derechos y mejor calidad de vida para trabajadoras, trabajadores y comunidad, es una premisa fundante y constante en Textiles Pigüé, donde la autogestión se aprende, se enseña, se hace escuela.
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